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Foto del escritorMaristas México Occidental

LA PEDAGOGÍA DE MARÍA

Por H. Sergio Cáceres

REVISTA VOCES DE PROVINCIA \ BLOG IV | VOZ DE SERVICIO

 


Marcelino quiso darnos el nombre de María, por eso nos llamamos Maristas (Regla de Vida #18). Llevar el nombre de María, es decir, ser Maristas, proyecta una manera de ser como persona, creyente y ciudadano. Llamarnos Maristas supone asimilar el espíritu de María, hacer de su ejemplo una orientación de vida y cargar de sentido mariano nuestra presencia en la Iglesia y en el mundo.

 

Como Maristas intentamos que los rasgos, virtudes y cualidades de María configuren nuestro ser y nuestro actuar (Regla de Vida #28).  Muchas instituciones tienen características peculiares que identifican su manera de ser y estar en el mundo. Los Maristas de Champagnat tenemos unos rasgos comunes que nos han identificado desde nuestros orígenes y que ya forman parte de nuestro ADN marista.

 

Esos rasgos comunes nos vienen del carisma y la espiritualidad de Marcelino y nos fueron transmitidos como principios de la Pedagogía Marista: Presencia, Sencillez, Espíritu de Familia, Amor al Trabajo y Al estilo de María.

 

Y ¿Qué significa eso de “al estilo de María? Significa que, a nivel educativo, María, como educadora de Jesús de Nazaret, inspira nuestro estilo educativo. María, mujer laica y comprometida con la Iglesia y el mundo, es el modelo perfecto del educador y educadora marista (MEM 2023, #118).

 

A continuación, presentamos los rasgos de la Pedagogía “al estilo de María”, que intentamos llevar a la práctica en nuestras escuelas Maristas:


  • Ofrecemos y confiamos todos nuestros proyectos y tareas a Dios, a través de María. No realizamos ninguna obra sin antes habérsela encomendado

  • Tratamos con amor y respeto a nuestros alumnos, son los predilectos de Dios y de María.

  • Humildemente dejamos que el estudiante sea el centro, el protagonista y no nosotros. No les asombramos con nuestra luz, les ayudamos a ver la suya propia.

  • Les damos su espacio para crecer, pero creamos para ellos un entorno seguro, acogedor y protegido, en donde puedan aprender, convivir y ser felices.

  • Somos firmes y constantes al señalarles el camino del bien.

  • Les formamos en un espíritu de sencillez y cordialidad que fortalece nuestro espíritu de familia, una familia que tiene una madre común: María, la Buena Madre.

  • Hacemos conocer y amar a María, como camino que lleva a Jesús. Fieles al lema que nos dejó Marcelino: “Todo a Jesús por María, todo a María para Jesús”.

  • Como María en la Encarnación, ayudamos a nuestros estudiantes a hacer crecer, en sus personas, la vida humana y la vida divina.

  • Como María del Magníficat, enseñamos a nuestros alumnos a expresar su “canto de gozo y gratitud” por todo lo que Dios hace en ellos y en sus familias.

  • Como María en la Visitación, invitamos a los niños y jóvenes a desplazarse hacia el prójimo necesitado y les formamos en el servicio.

  • Como María de la Natividad, somos portadores de Jesús hacia los que nos rodean; somos portadores de la Buena Noticia.

  • Como María en Nazaret, proporcionamos estabilidad, confianza, seguridad y amor a nuestros alumnos, para que desarrollen su propia identidad.

  • Como María en Pentecostés, estamos en medio de nuestros estudiantes como símbolo de unidad, acompañando y animando.

Todos estos rasgos de la Pedagogía de María, nos llevan a ser, como educadores maristas, el rostro mariano en medio de nuestros alumnos y de la Iglesia. ¿Con cuáles rasgos te identificas? ¿Cuál quieres desarrollar más? ¿Cuál es muy visible en tu escuela?




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